lunes, 11 de julio de 2016

Que raro!!:El fenómeno tecnológico de moda viene de China


Huawei. Si usted no es un fanático de la tecnología, es probable que no haya oído este nombre hasta hace unos pocos años. La primera vez habrá sido seguramente en un establecimiento de electrónica o quizás en la tienda de un operador a la hora de renovar su terminal. Esta marca china es, desde hace dos años, uno de los nombres de moda en el mundo de los smartphones. Ha ascendido hasta el segundo cajón del podio en Europa y ocupa el tercer puesto mundial de constructores de móviles.
Sin embargo, detrás de este fenómeno de la electrónica de consumo no se esconde la historia de una startup de ascenso fulgurante ni una empresa de reciente creación. Antes de saltar a la arena de los smartphones, esta empresa, nacida en el sur de la región de Cantón hace casi 30 años, era ya un gigante en el mundo de las redes.
Huawei se ha colocado al frente de esa nueva generación de compañías multinacionales de ojos rasgados surgida al abrigo del músculo financiero de China, segunda economía mundial. Solo en 2015 su volumen de negocio supuso 53.571 millones de euros, casi un 40% más que el anterior ejercicio. De esa cifra, casi un euro de cada diez (5.027 millones) fue a parar a la hucha de beneficios.
Uno de los mantras que defienden a capa y espada es la inversión en I+D como palanca para seguir alimentando ese desbocado crecimiento. El pasado curso, esta partida supuso un 10% de lo facturado por la empresa.
La hoja de ruta de los asiáticos, que cuentan con 170.000 empleados en más de 170 países, pasa por tres caminos bien diferenciados. Por un lado, el área de consumo, donde han conseguido una gran tracción gracias al éxito de sus teléfonos móviles. El pasado año distribuyeron 106 millones de terminales por todo el mundo, situándose como tercer fabricante, por detrás de Apple y Samsung, y segundo del universo Android.
Empresas y 'carrier'
Sus otras dos áreas son menos conocida por el público general. Por un lado, la unidad de negocio de Empresas, la de más reciente creación, quiere liderar lo que en las compañías ha venido a llamarse la transformación digital. Para ello ofrecen soluciones basadas en Big Data y 'cloud computing' para mutar cualquier proceso dentro de un negocio. Sin embargo, el motor que mantiene esta máquina de hacer dinero se llama 'carrier'. Ese es el nombre del departamento que supone más del 60% de los beneficios del grupo, en donde se dedican al negocio de las redes y la energía.
Esta división no es de importancia baladí puesto que Huawei se ha posicionado como uno de los líderes mundiales para sacar adelante el 5G. Y es que la nueva generación de internet móvil es un avance crucial de cara a revoluciones como el coche autónomo y el internet de las cosas (IoT), donde también han hecho grandes planes. La compañía presentó hace unos meses Lite OS, un sistema operativo concebido para ese mundo hiperconectado donde todo se comunicará.
Redes 5G en 2020
Aunque a día de hoy hay más preguntas que respuestas sobre el 5G, se prevé que los primeros ensayos en entornos reales se puedan llevar a cabo a lo largo de 2018 y que ya en 2020 se pueda comenzar con su implementación comercial tanto en China y Japón como en Corea del Sur.
Más a corto plazo, Huawei quiere que todo esté en lo que se conoce como la 'nube'. Desde las plataformas de servicios hasta las aplicaciones de vídeo o los desarrollos del IoT. Ese fue el eje central del Analyst Summit 2016 celebrado en abril en Shenzen, donde la compañía presentó su estrategia para los próximos meses.
Esta estrategia responde básicamente a la digitalización que se está experimentado a todos los niveles. Solo en 2015, la conectividad global creció un 5%, según un informe de elaboración propia. "Un mundo más conectado representa una profunda transformación digital de nuestra sociedad", sostiene William Xu, ejecutivo de la compañía, quien defiende que todos estos cambios "mejoran la eficiencia y la experiencia de uso" de cualquier cosa.
Acuerdo con Leica
Su entrada en el mundo de los smartphones parece un paso lógico dada la trayectoria de la compañía. "Nuestra razón de ser es facilitar la comunicación de las personas, y los smartphones son clave en ello", defiende Walter Ji, presidente de Huawei Consumo en Europa, quien se apoya en los más de 25 años de negocio para diferenciarse de otros fabricantes chinos.
En apenas cinco años han pasado de hacer teléfonos de 'marca blanca' para grandes operadores a ser uno de los modelos que más atención recibe en el mercado. Su último golpe de pedal: asociarse con el mítico fabricante Leica para crear la cámara del P9. "Hace un año nos dimos cuenta de que las fotos es uno de los aspectos más importantes del móvil y, simplemente, hemos querido estar a la altura de lo que nos demandan".

Shenzhen, un Silicon Valley hormonado
Hace tres décadas, Shenzhen se reducía a un puñado de comunidades dedicadas a la pesca y la agricultura incapaces de formar un archipiélago financiero de importancia. Hoy en día, esta ciudad, situada al sur de la provincia de Cantón, se ha convertido en una megaurbe de la que no se puede ni señalar con certeza su población. Hay registros, fechados en 2010, que sitúan su censo en 10 millones largos de habitantes. Ahora se habla de más de 15 millones.
El origen de este despegue se remonta a 1980, cuando el Gobierno chino decide brindarle la condición de zona económica especial. Una decisión que, junto con la barata mano de obra y el precio del suelo, tuvo un efecto similar al de la hormona del crecimiento. Cientos de empresas decidieron abandonar la vecina y saturada Hong Kong e instalarse en esta región. Otras tantas, como Huawei en 1987, surgieron en un escenario que hacía presagiar un 'boom' inmobilario y demográfico.
Shenzen bien podría pasar por la versión desordenada de ciudades como Los Ángeles y Nueva York. Combina las majestuosas formas de rascacielos de los que quitan el hipo, enormes avenidas por las que el tráfico no deja de rodar y enormes zonas ajardinadas con barriadas y edificios más modestos que delatan un crecimiento arquitectónicamente monstruoso.
Además de Huawei, son muchas otras las compñaías que aquí se han instalado. Firmas como ZTE y Foxconn han escogido esta región y sus alrededores para centralizar su actividad. A pesar de ser uno de los epicentros mundiales de la tecnología, los contrastes se palpan en cualquier lado. Así, en la recepción de un céntrico hotel no saben inglés y al huésped le invitan a escribir o dibujar lo que sea en un cuaderno, o simplemente se encojan de hombros a la espera de que el entendimiento caiga del cielo.
Espíritu californiano
Huawei ha hecho de Shenzen su gran fortín. Uno de los grandes atractivos de la ciudad es el campus de la multinacional. Se trata de una ciudad en miniatura, donde conviven 40.000 empleados en un moderno recinto que bebe directamente del espíritu que reina en Silicon Valley.
Recorriendo sus amplias y ajardinadas calles se puede acceder a edificios que albergan la sede de administración, centros de datos, una universidad interna dedicada a la formación de empleados, centros logísticos y de producción y laboratorios de software. Por no hablar, de las miles deviviendas que están a disposición de los trabajadores y de una zona repleta de lujosos restaurantes, áreas deportivas y otras opciones para el ocio personal. Este cuartel general está jalonado por el impresionante centro de producción de Shongshan Lake, de 12.000 metros cuadrados. Es el corazón de los productos de Huawei.
Fuente: ElComercio

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